
En mi sueño estaba amaneciendo, y yo subía despacio las escaleras (siempre mojadas) que conducen a la Basílica del Sacré Coeur. Había tomado un ave, Zaragoza-París y me dirijía a una entrevista de trabajo.
Los primeros rayos de sol comenzaban a inundarlo todo y yo me sentía feliz, mientras aceleraba el paso, y pensaba en lo afortunada que era porque iba a conseguir instalarme, durante un tiempo, en la Ciudad de la Luz.
Al despertar, mi habitación estaba congelada y el murmullo del mercadillo de antiguedades de la Plaza San Bruno trepaba por la ventana. Salí a la calle a tomar un café y escuché villacincos en la Plaza del Pilar.
La sensación de estar de suerte todavía me acompañaba, y fue entonces cuando comprendí que si ahora no sueño con Zaragoza, es porque no tengo cámara de fotos.
Y al despertar estábamos rodeadas de estrellas, luminosas, brillantes... ¡ÉRAMOS ESTRELLAS!
ResponderEliminarEstoy deseando que te llegue tu cámara, niña reina.
Muchos besos.,
Estrellitas chim pum! jajajaja
ResponderEliminary yo de hacernos un día fotos juntitas :)
besos guapa
Te puedo prestar la mía, mientras te llega la tuya.
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